domingo, 26 de enero de 2014

COMENTARIO DE TEXTO "MUERTE EN LA CARRETERA"


     Más de setenta muertos se han cobrado ya las carreteras. Y aún no ha mediado la Navidad. Ni ha llegado la noche horrenda con la que tantos parecen querer despedir un año y recibir otro luciendo todas las galas de su ruidosa vulgaridad y su estulticia. ¿Qué cifras tendremos el siete de enero? ¿Qué siniestro regalo de vidas truncadas, familias deshechas, amores y amistades rotas, nos dejarán este año los Reyes Malos de la velocidad y los coches? ¿Cuántas soledades no empezarán estos días? ¿Cuántas miradas de amor no tendrán como objeto más que las fotografías?

      Mueren los fumadores, víctimas de su placer. Mueren los bebedores y los drogadictos, víctimas de su insatisfacción. Mueren los enfermos, víctimas de males contra los que miles de científicos y médicos luchan a diario. Pero, ¿de qué es víctima quien muere en la carretera? ¿Del placer de la velocidad? ¿De la sensación de poder que da conducir una máquina poderosa y bella? ¿Del mal estado o trazado de las carreteras, o de fallos mecánicos? Éstos serían los menos. Tengo para mí que la mayoría muere a causa de la despreocupación y del azar. Serían síntomas que harían de esta muerte la más representativa de un estado de cosas en el que desde hace ya muchos años vivimos.

       Sobre el azar poco hay que decir. Sólo que la carretera le da más posibilidades de jugar con nosotros de las que ha tenido nunca: dos máquinas buscando una circunstancia en la que su encuentro sea mortal para quienes van en ellas. Algo fatídico, en lo que cuentan décimas de segundo. En cuanto a la despreocupación, creo que tiene que ver con un relativismo extremo, resuelto en un nihilismo de masas que quita todo valor a todo; con el mercado y el consumo como leyes universales, impuestas con más rigor de lo que ningún credo religioso o político lo fue jamás; con la transmutación de valores que se opera en el universo de la publicidad, según el cual sólo se puede ser consumiendo, porque sólo se es lo que se tiene; con un sentido enfermo y compulsivo del viaje, que ha desaparecido como tal –ir placentera y tranquilamente de un lugar a otro– para convertirse en apurada llegada a una meta; con la confusión entre lo importante y lo urgente; con una aceleración y una prisa –las más de las veces injustificadas– que apremian como demonios interiores.  

     ¿Cómo podrían evitarse estas muertes? No sólo con la mejora de las carreteras o la revisión de los coches –lo que, desde luego, rebajaría mucho su número–, sino sobre todo con esa forma de autoestima y de amor a los otros que, en los conductores, se llama prudencia. El problema es que, si lo primero se logra con una buena gestión de los recursos públicos y la debida atención a nuestros coches, lo segundo es más difícil. Porque se conduce como se vive, se vive como se es o como nos obligan a ser; y cambiar el ser –o las condiciones que lo determinan– es más difícil que cambiar el firme de una carretera o el aceite de un coche. Es una cuestión, sobre todo, de valores.


    Carlos Colón, en www.diariodesevilla.es (28 de diciembre de 2001).

1. TEMA Y RESUMEN:     
El tema principal, aunque no el más evidente, es lo que el autor denomina “nihilismo de masas que quita todo valor a todo”. En otras palabras, la despreocupación de los conductores, que puede llegar a producir accidentes en las carretera.

Resumen: 
Todos los años por Navidad, los accidentes de tráficos se cobran un gran número de víctimas. Las principales causas de esto son el azar y la despreocupación. Esta última, lleva al ser humano a quitarle valor a todo, lo que se une  al consumismo y a la aceleración injustificada impuesta a nuestra sociedad por la publicidad. Pero esta situación se podría solucionar, aunque no solo depende de la mejora de las carreteras sino que, en mayor medida, depende de un cambio de valores en nuestra sociedad: el amor a los otros, que se concreta en la prudencia.

2. ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS:

Se trata de un texto formado por 45 líneas divididas en cuatro párrafos de distinta extensión. El primer párrafo y parte del segundo se corresponden con la parte expositiva en la que se plantea el problema de las muertes en carretera. El resto del segundo párrafo y el tercero corresponden a la parte argumentativa, se exponen distintas causas que pueden llevar a estos accidentes. El cuarto y último párrafo son la conclusión y aquí es donde nos encontramos la tesis que defiende el autor.

En cuanto a las ideas se organizan en el texto de la siguiente manera: 
1.- El autor se pregunta por la cantidad de muertos que habrá durante las fiestas de la Navidad. (Líneas 1-9).
2.- Las causas de estas muertes por conducción son la despreocupación y al azar. (10-19).
3.- Se desarrolla lo dicho en el párrafo anterior (parte ARGUMENTATIVA).  (20-35).

         3.1. La carretera propicia que el azar sea una causa de muerte debido a causas                 impredecibles.
         3.2. Razones que convierten la despreocupación en causa de mortandad.
                   a) Se le quita valor a todo.
                   b) Mercado y consumo como leyes universales.
                   c) La publicidad como transmutadota de valores.
                   d) Sentido enfermo y compulsivo del viaje.
                   e) La aceleración y la prisa injustificadas.

4.- Se expone como medidas preventivas: (36-45).
        
         a) La mejora de las carreteras y puesta a punto de los coches.
         b) La prudencia: autoestima y amor a los otros (TESIS).

         4.1. Pero la autoestima es un logro de difícil acceso debido a la escasez de                       valores y condicionantes en el estilo de vida.


El texto presenta una estructura de tipo inductiva ya que la tesis o idea principal aparece al final del texto: apelación a la prudencia y a la autoestima.


viernes, 24 de enero de 2014

COMENTARIO FRAGMENTO DEL CANTAR DE MIO CID

“Con lágrimas en los ojos,   muy fuertemente llorando,
La cabeza atrás volvía    y quedábase  mirándolos.
Y vio las puertas abiertas,   y cerrojos quebrantados,
y vacías las alcándaras   sin las pieles, sin los mantos,
sin sus pájaros halcones,   sin los mudados.
   Suspiró entonces el Cid,   que eran grandes sus cuidados.
Habló allí como solía,   tan bien y tan mesurado:
-Gracias a ti, Señor Padre,   Tú que estás en lo más alto,
los que así mi vida han vuelto,    mis enemigos son, malos.”

1. Tema.

El tema del texto es el dolor que siente el Cid al dejar tierra.

2. Resumen.

Al marcharse, el Cid se vuelve a contemplar su casa vacía y desmantelada, desposeída de sus ropas y de sus aves de cetrería. Después, en una apelación a Dios, acusa a sus enemigos de lo que ocurre.

3. Estructura.

El texto está constituido por una tirada épica con rima asonante en “-a-o”. Al tratarse de una versión moderna de un texto medieval, el editor se ha tomado algunas licencias modernas. Así, la última palabra del segundo verso, “mirándolos”, posibilita la continuidad de la rima porque, al ser esdrújula, no se toma en cuenta la penúltima sílaba. Igualmente, se ha regularizado la métrica de los versos, pues todos tienen dieciséis sílabas, mediante la supresión de la penúltima sílaba de palabras esdrújulas (“mirándolos” al final del segundo verso y “alcándaras” al final del primer hemistiquio del cuarto verso) y el uso de sinalefas: entre “que” y “eran” en el segundo hemistiquio del sexto verso; entre “que” y “estás” en el segundo hemistiquio del octavo verso; entre “que” y “así” en el primer hemistiquio del noveno verso.

En el texto se pueden distinguir dos partes:

1. Primera parte (vv. 1-5): descripción de lo que contempla el Cid.
  1.1  (vv. 1-2): llanto del Cid.
  1.2  (vv. 3-5):estado de la casa del Cid al quedar vacía.

2. Segunda parte (vv. 6-9): manifestación de la serenidad del Cid.
  2.1 (vv. 6): gesto de pesar del Cid.
  2.2 (vv. 7- 9): palabras del Cid sobre los culpables de su destierro.

miércoles, 22 de enero de 2014

COMENTARIO CRÍTICO "Caminante, no hay camino..."

POEMA XXIX DE ANTONIO MACHADO (Caminante, no hay camino...)

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino
sino estelas en el mar...

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

El breve poema que procedo a comentar es probablemente el escrito más célebre y popular que Machado dejó como legado. Solo consta de dos elementos: caminante y camino, personificaciones del ser y de su vida. Supone, pues, el uso del tópico renacentista de la vida como camino, con un único sentido, sin vuelta atrás, y un camino que se traza a nuestro paso con nuestras decisiones.

El enfoque que se da de la vida es sencillo pero profundo: el caminante se halla solo, y emprende el viaje sin más compañía que sus huellas, las decisiones tomadas, sin destino fijo, sino que es su propia libertad la que le marca por donde seguir.

Esto lleva a una curiosa paradoja: la vida no es como tal hasta que no es vivida, es decir, solo existe en el presente y en el pasado. Nunca nada se puede predecir con total certeza, y se niega la existencia de un destino prefijado, es decir, el futuro equivale a la incertidumbre. Afirmar la no-existencia del destino se ha convertido en una corriente de pensamiento que define nuestras decisiones, desde lo que desayunar hasta la elección de una carrera profesional, como el volante de nuestra vida, de nuestro camino, que no es sino el rastro de nuestras huellas.

Y personalmente opino que la imposibilidad de conocer el futuro enriquece el presente. Nadie se da cuenta de la cantidad de bifurcaciones que existen en la vida, que escoger una significa rechazar las otras, y por tanto, perder cada día millones de senderos que podríamos, pero hemos decidido no recorrer, en pro de uno solo. A menudo la gente siente la necesidad de conocer su futuro mediante métodos pseudocientíficos, como adivinos, tarotistas, médiums… Pero la pregunta es: ¿Teniendo la hipotética posibilidad de conocer todo aquello que vivirás en el futuro, ese camino que supuestamente escogerás, accederías?

Uno podría encontrar imposible negarse a escuchar tal historia, por la curiosidad intrínseca de la naturaleza del ser humano. No obstante, reflexionando, se cae en la cuenta de que el presente perdería su esencia, su magia, su impredecibilidad que lo hace interesante, que le da un propio sentido a ese camino.


Así que, viajante, vive, vive sin saber que puede ocurrir mañana, vive sin saber lo que te depara el futuro, lo que le depara a tu familia, tus amigos y tus conocidos. Átate las botas, ajústate la mochila, y anda. Nadie sabe lo que encontrarás.

Javier  González Merino 2º Bach. D

jueves, 2 de enero de 2014

UNIDAD 6: LA LITERATURA EN LA EDAD MEDIA

      Históricamente se entiende que la Edad Media se desarrolla durante los diez siglos que transcurren desde la desaparición del Imperio Romano de Occidente (s.V) hasta la caída de Constantinopla en el s. XV. En esos diez siglos se produce una completa transformación de la sociedad, política y cultura europeas a partir de las cuales se configurará la mayor parte del mundo actual. Algunos de los factores que contribuyen a esa transformación son los siguientes:  

a/   La formación de las lenguas romances.
b/ El nacimiento de los sentimientos de nacionalidad que posibilitan la total disolución del Imperio Romano y de los posteriores intentos de reavivarlos (Sacro Imperio romano-germánico, Carlomagno, Carlos V).
c/ Expansión del cristianismo y del nuevo concepto del hombre y la vida.
d/ Paso de una economía basada en la agricultura y en el mundo rural a otra, apoyada en el comercio y el trabajo artesanal que se concentra en las ciudades.