domingo, 19 de febrero de 2012

COMENTARIO DE TEXTO LITERARIO: ROMANCE DEL PRISIONERO

ROMANCE DEL PRISIONERO
Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón.

1.- LOCALIZACIÓN

El poema que vamos a comentar es un romance anónimo que pertenece al Romancero Viejo, también llamado Romancero Tradicional, recopilación de romances escritos entre el S.XIV y XV. Esta clase de romances se ha transmitido oralmente desde la Edad Media hasta nuestros días.
     
      El S.XV es un periodo de transición entre la Edad Media y el Renacimiento caracterizado por el desmoronamiento de los pilares que sustentaban la sociedad medieval: el feudalismo y el cristianismo. Es un periodo de crisis donde se enfrentan las ideas medievales y las nuevas ideas procedentes de Italia; además, la sociedad ha caído en el pesimismo y  se siente insegura creyendo que el azar gobierna el mundo. Esta crisis también abarca lo religioso por lo que surgen corrientes centradas en el espiritualismo interior.

     Ante esta situación, el hombre deja de ver el mundo como un valle de lágrimas, convirtiéndose en el centro del universo (antropocentrismo) y surge el vitalismo que da valor a cuestiones mundanas e individuales como son la fama y la riqueza. Así pues, los autores firman sus obras buscando el reconocimiento y se empieza a admirar al hombre culto y conocedor de los autores clásicos.  Los escritores dejan de ser parte del clero y ahora son hombres letrados.

     Para acoger y difundir estas nuevas ideas que trae el Humanismo, se crean nuevas Universidades. También ayudan a la difusión del Humanismo la invención de la imprenta en 1450 y la publicación de la primera Gramática Castellana escrita por Antonio de Nebrija con la finalidad de fijar el uso del castellano. Además surge la figura del mecenas, se trataba de un noble o  rey que se encargaba de patrocinar a los artistas.

     En cuanto a las novedades entorno a los géneros es de destacar el surgimiento de la novela de género tanto de caballería como sentimental. Así mismo, la intención de crear teatro desligado de lo religioso, un claro ejemplo es La Celestina de Fernando de Rojas.
                                                           
2. – GÉNERO

Este texto es un romance y pertenece a la poesía oral. El romance tiene su origen en los fragmentos de los cantares de gesta que los juglares recitaban oralmente de forma aislada. Se trata de una composición indefinida de versos octosílabos con rima asonante en los pares y los impares quedan sueltos.

Se clasifican según su contenidos en:

  • Históricos: Tratan temas relacionados con la historia.
  • Fronterizos: Narran lo que pasaba en las fronteras o en las batallas fronterizas contra los moros.
  • Legendarios: Están basados en leyendas populares.
  • Carolingios: Narran hazañas de héroes de la épica francesa.
  • Novelescos: Se basan en temas inventados.
  • Líricos: Expresan sentimientos del autor.


En este caso a pesar de estar escrito en verso no pertenece al género épico porque en él no se cuenta nada ni se da una visión objetiva por parte del autor, sino que todo va encaminado a presentar un estado interior, los sentimientos del protagonista (yo lírico), condicionados por el estado de ánimo que le produce la prisión en la que se encuentra. Se trata, por tanto de un romance lírico.

Domina la actitud interna intimista (subjetivismo lírico), conjugada con una actitud externa (descripción del mes de mayo). En esta descripción se seleccionan aquellos elementos que le interesan a la expresión de su estado de ánimo.

El punto de vista es el de la primera persona, el yo lírico que es el protagonista y presenta su historia sin ningún narrador intermediario.

3.- TEMA Y CONTENIDO
       
El romance presenta una leve trama argumental como sostén del sentimiento lírico que expresa. Este leve argumento es el siguiente: en el mes de mayo, cuando crecen los trigos, florecen los campos, cantan los pájaros y aman los enamorados, un prisionero, en oscura celda, no participa de este esplendor de la primavera. Su único consuelo y su único medio para distinguir el día de la noche es una avecilla ; la muerte de ésta por un ballestero sume al prisionero en la soledad.

Aunque el poema es enormemente sugerente, podemos establecer como tema el sentimiento de tristeza, soledad y angustia de un prisionero ante la imposibilidad de disfrutar en libertad de la belleza de la naturaleza y de los placeres del amor.

4.- ESTRUCTURA

Nos encontramos ante un romance escena, porque nos presenta el momento clave sin explicarnos causas ni consecuencias. Al no andar con preámbulos, el poema gana en intensidad emocional.

Podemos distinguir cuatro núcleos esenciales:

               1.- (Versos 1-8): descripción del mes de mayo (mundo exterior). En el mes de mayo todo es alegría y vida: temperatura agradable, resurgimiento de la naturaleza, amor.
              2.- (9-12): lamento del prisionero por su desdichada situación (mundo interior). Estructuralmente, estas dos partes son antitéticas (antítesis) por el contraste entre la alegría de la primavera y la tristeza de la prisión.
        3.- (13-14): nostalgia de la avecilla que aliviaba las penas del prisionero.
        4.- (15-16): maldición contra el asesino de la avecilla, última esperanza.

El núcleo principal es el tercero y a él se subordinan los otros tres, que sirven para explicarlo e ilustrarlo.

(Podría dividirse como una narración)

5.- ASPECTOS FORMALES

Nivel fónico
       
El romance que comentamos está compuesto por 16 versos octosílabos. Hay sinalefas en los versos 1,4,6,10,11,13,14 y 15; además observamos que todos los versos pares son agudos acrecentando la musicalidad del poema e intensificando el sentimiento de dolor que manifiesta el personaje.

Se advierte que en el núcleo 1 (versos 1-8) y 3 (13-14) riman los pares en -or en consonante, aunque se trate de un romance, mientras que los núcleos 2 y 4 riman en -ón, Comprobamos, pues, que la rima -or /-ón,, distingue los dos momentos antitéticos del poema: alegría de mayo / tristeza del prisionero. Este aspecto métrico refuerza la división estructural que hemos establecido en el apartado anterior.

Es frecuente la repetición de sonidos consonánticos y vocálicos en los versos, pero no tienen valor expresivo de aliteración salvo en “cuando canta la calandria” con la repetición de nasales, y en “responde el ruiseñor” con la repetición de la r. Se sugiere el canto alegre de las aves.

Nivel morfosintáctico

En la primera parte, el poema comienza con un “ que” sin otra función que la de dar entrada inmediatamente al poema y produciendo un hipérbaton. Observamos, también, la utilización del imperfecto en contraste con los presentes de la segunda parte. Recuerda el comienzo de las narraciones y cuentos populares "Erase una vez..." La repetición de “por mayo” destaca la importancia de este mes como elemento encuadrador de la acción.
       

En el segundo verso el impersonal “hace calor” se rompe con la determinación de calor con el artículo "la", hoy con sabor de arcaísmo.
  
El tercer y cuarto verso guardan entre sí un paralelismo semántico (los trigos encañan- están los campos en flor) y un quiasmo sintáctico (sujeto-verbo / verbo sujeto). También los versos 5º y 6º guardan entra sí una relación paralelística (cuando canta la calandria / y responde el ruiseñor). En los versos 7º Y 8º se rompe la progresión de los elementos bellos de la naturaleza para pasar a una acción humana: el amor de los enamorados. En el conjunto de esta parte hay que destacar, además, el valor anafórico del “cuando”. Todos estos procedimientos de repetición sirven para resaltar la fuerza lírica del poema y para dotarlo de un fuerte sabor popular (no olvidemos que en la poesía popular las figuras de repetición son claves con el fin de favorecer la memorización y la transmisión oral del poema).
                 
Otros aspectos interesantes son: la ausencia de adjetivos, lo que supone una concentración en los sustantivos, la reiteración del tiempo verbal de presente, que actualiza y vivifica el valor de la bella naturaleza primaveral, frente al imperfecto del primer verso que sumerge el romance en la lejanía de las narraciones populares.
       
En la segunda parte, nos encontramos, de entrada, con la conjunción adversativa “sino”, sobre la que va a reposar la oposición entre la bella naturaleza y la tristeza del prisionero, al que se califica con los adjetivos triste y cuitado”. Este cambio brusco resulta extraordinariamente expresivo por varias razones: en primer lugar, se acentúa el contraste semántico con la parte anterior ; en segundo lugar, hay que observar que en un poema con tan pocos adjetivos, los dos más importantes están juntos, con lo cual recibimos la impresión de una tristeza, una desdicha, emocionalmente más intensa. Si a esto añadimos que son casi sinónimos (podemos hablar de gradación del sentimiento) y que, además, están situados prácticamente en el centro “geográfico” del poema, está clara la intención del autor por dar realce a estos dos sentimientos.
         
Los motivos de su tristeza son explicados por dos oraciones introducidas por un “que” con valor causal repetido anafóricamente que realza, de nuevo, el dolor del prisionero. El valor durativo de “vivir” agudiza el sentimiento de angustia que el lector siente por su estado; al mismo sentimiento contribuye la repetición de “ni” y el quiasmo sintáctico de “ni sé cuándo es de día / ni cuándo las noches son”. Quiasmo en el que, además, sentimos el desgarro del poeta ante la imposibilidad de distinguir, en su prisión, entre el día y la noche.
       
La tercera parte empieza del mismo modo que la primera: con un “ sino “ que ahora marca el contraste entre la actual situación de aislamiento y la presencia, ya lejana en el tiempo, del único consuelo que le quedaba: el diminutivo "avecilla" tiene un valor afectivo. Llama la atención, también, en este verso, el valor del imperfecto “'cantaba” en doloroso contraste con el presente.

En la cuarta parte (15-16) destaca el hipérbaton anteponiendo el verbo al sujeto. Al realzar el pretérito perfecto simple (aspecto perfectivo que marca un antes y un después) se pone de relieve la brutal acción que ha dado lugar al largo lamento del prisionero: la muerte del ave supone la muerte de su única esperanza, la desaparición no sólo de su libertad física, sino también de su libertad mental e, incluso, espiritual. El dativo éticome”, que tiene un valor de proximidad emocional, hace más dolorosa esa desaparición. No es extraña, por tanto, la exclamación imprecatoria del último verso, en la que se pone de manifiesto toda la angustia del poema.

Nivel semántico


En este nivel son pocos los rasgos nuevo que se pueden destacar. Se trata de un lenguaje sustantivo e inmediato, sin metáforas. Precisamente en ello, reside la expresividad y fuerza emotiva de este romance. Hay que destacar en el primer núcleo la relación semántica entre los distintos elementos asociados al campo semántico de mayo: primavera, calor, trigo, campos en flor, calandria, ruiseñor, enamorados, amor. Todas las circunstancias positivas del “locus amoenus” (paraíso), que connotan alegría, vida, amor, libertad. En el segundo núcleo, hay una vinculación semántica antitética con la anterior: tristeza, infelicidad, prisión, la oposición día-noche, sugieren, negativamente, tristeza, soledad, angustia, falta de libertad para disfrutar de la vida y del amor.
       
(Lógicamente, el poema puede dar lugar a otras interpretaciones. El hecho de que se haya mantenido en nuestra tradición literaria desde hace tantos siglos, es producto, precisamente, de la múltiples y universales sugerencias que encierra en sus versos. Una de estas interpretaciones puede relacionarse con un tema frecuente en la literatura española del siglo XV: la cárcel de amor, el amor como prisión, como atadura, esclavitud. Desde esta perspectiva, el poema se llena de significados simbólicos y se convierte en una alegoría del amor imposible: la prisión podía responder al tópico cortesano del amor como prisión y sufrimiento al no poder el hombre, por cuestiones religiosas y morales, dar rienda suelta a sus instintos amorosos.)

Comentario del romance "Abenámar, Abenámar"

ROMANCE DE ABENÁMAR
— ¡Abenámar, Abenámar, 1
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calma, 5
la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.
Allí respondiera el moro,
bien oiréis lo que diría: 10
—Yo te lo diré, señor,
aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro
y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho 15
mi madre me lo decía
que mentira no dijese,
que era grande villanía:
por tanto, pregunta, rey,
que la verdad te diría. 20
—Yo te agradezco, Abenámar,
aquesa tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos?
¡Altos son y relucían!
—El Alhambra era, señor, 25
y la otra la mezquita,
los otros los Alixares,
labrados a maravilla.
El moro que los labraba
cien doblas ganaba al día, 30
y el día que no los labra,
otras tantas se perdía.
El otro es Generalife,
huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas,35
castillo de gran valía.
Allí habló el rey don Juan,
bien oiréis lo que decía:
—Si tú quisieses, Granada,
contigo me casaría; 40
daréte en arras y dote
a Córdoba y a Sevilla .
—Casada soy, rey don Juan,
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene 45
muy grande bien me quería.

(Localización)

El poema que vamos a comentar es un romance anónimo que pertenece al Romancero Viejo, también llamado Romancero Tradicional, recopilación de romances escritos entre el S.XIV y XV. Esta clase de romances se ha transmitido oralmente desde la Edad Media hasta nuestros días.
     
      El S.XV es un periodo de transición entre la Edad Media y el Renacimiento caracterizado por el desmoronamiento de los pilares que sustentaban la sociedad medieval: el feudalismo y el cristianismo. Es un periodo de crisis donde se enfrentan las ideas medievales y las nuevas ideas procedentes de Italia; además, la sociedad ha caído en el pesimismo y  se siente insegura creyendo que el azar gobierna el mundo. Esta crisis también abarca lo religioso por lo que surgen corrientes centradas en el espiritualismo interior.

       Ante esta situación, el hombre deja de ver el mundo como un valle de lágrimas, convirtiéndose en el centro del universo (antropocentrismo) y surge el vitalismo que da valor a cuestiones mundanas e individuales como son la fama y la riqueza. Así pues, los autores firman sus obras buscando el reconocimiento y se empieza a admirar al hombre culto y conocedor de los autores clásicos.  Los escritores dejan de ser parte del clero y ahora son hombres letrados.

      Para acoger y difundir estas nuevas ideas que trae el Humanismo, se crean nuevas Universidades. También ayudan a la difusión del Humanismo la invención de la imprenta en 1450 y la publicación de la primera Gramática Castellana escrita por Antonio de Nebrija con la finalidad de fijar el uso del castellano. Además surge la figura del mecenas, se trataba de un noble o  rey que se encargaba de patrocinar a los artistas.

       En cuanto a las novedades entorno a los géneros es de destacar el surgimiento de la novela de género tanto de caballería como sentimental. Así mismo, la intención de crear teatro desligado de lo religioso, un claro ejemplo es La Celestina de Fernando de Rojas.

(GÉNERO)

Los romances se clasifican según su contenido en:

  • Históricos: Tratan temas relacionados con la historia.
  • Fronterizos: Narran lo que pasaba en las fronteras o en las batallas fronterizas contra los moros.
  • Legendarios: Están basados en leyendas populares.
  • Carolingios: Narran hazañas de héroes de la épica francesa.
  • Novelescos: Se basan en temas inventados.
  • Líricos: Expresan sentimientos del autor.

El Romance de Abenámar es una de las composiciones más destacadas del Romancero Viejo. Se trata de un romance fronterizo (romances históricos que hablan de los hombres de la frontera, especialmente de la frontera granadina, donde son contados los sucesos entre moros y cristianos) y de escena, puesto que te introduce en un hecho, ya sea metafórico o real, sin desenlace ni continuación.

(Tema y resumen)

El tema de este texto es el interés del rey por el reino de Granada que pretende hacer suyo.

El romance nos habla sobre el deseo del rey Juan II de España de incorporar Granada a su reino. Este deseo nos es mostrado a través de dos diálogos del rey con el moro Abenámar y del rey con la ciudad de Granada respectivamente. Granada aparece personificada y convertida metafóricamente en una mujer  que rechaza la propuesta de matrimonio que le hace el rey.

(Estructura)

El romance se inicia in media res, un comienzo muy habitual en el romancero, que consiste en empezar a contar los hechos por la mitad de la historia. Decimos que se inicia de esta manera porque no hay una introducción que presente los acontecimientos previos: quiénes son los personajes, en qué  momento de la historia nos encontramos, cuáles son los hechos que han sucedido anteriormente, etcétera. No hay una situación en el tiempo y en el espacio. Ésta es una tarea que debe ser ejercida por el oyente o el lector. Tampoco presenta un desenlace: es una historia abierta, sin continuación definida.

Podríamos decir que el romance presenta solamente la parte intermedia de una narración: el nudo o el desarrollo de los hechos.

Dadas estas circunstancias, no nos es difícil afirmar que este poema es, claramente, un romance-escena, y no una narración.

      Desde el punto de vista del contenido, podemos dividir el romance en dos partes, que corresponden a los dos diálogos que sostiene el rey. La primera parte consiste en el diálogo entre el rey y Abenámar y coincide con los versos 1-36 del poema. Así mismo, esta parte también consta de dos momentos diferenciados: la exhortación del rey a Abenámar a responder a su pregunta con veracidad, cosa que el moro promete cumplir (tal como afirma en los versos 11-20), y la pregunta del rey respeto a la belleza de la ciudad, pregunta que el moro responde con gran descripción y exaltación. La pregunta del rey ya empieza a manifestar su deseo de poseer la ciudad, que sentimos crecer conforme avanza la espléndida descripción de Abenámar. Esta primera parte constituye un diálogo perfectamente posible y real.

La segunda parte, en cambio, consiste en un diálogo fantástico y de gran fuerza poética entre el rey y la ciudad de Granada, convertida metafóricamente en una mujer. La expresión del deseo del rey alcanza aquí su máxima intensidad al equipararse con una pasión amorosa; y entendemos que la respuesta ambigua de Granada (como la descripción de Abenámar) no hará sino enardecer ese deseo. De esta manera podemos decir que el poema posee una organización ascendente: a medida que avanza va creciendo la emoción, el deseo y los sentimientos.

(Forma)

El texto sigue el esquema métrico propio de los romances. Se compone de 56 versos octosílabos con rima asonante en los pares.

En cuanto a los recursos literarios observamos el empleo de la repetición como en el verso 1 el vocativo ¡Abenámar, Abenámar! o las anáforas de los versos 17 y 18 (que) y 43-44 (casada).

Encontramos hipérbaton en el verso 24, ¡Altos son y relucían! y en el verso 9, Allí respondiera el moro.

Observamos una hipérbole en el verso 30, Cien doblas ganaba al día.

La personificación aparece en el segundo diálogo, donde el rey habla con la ciudad de Granada como si de una mujer se tratara y le propone matrimonio. Si tú quisieses, Granada,/Contigo me casaría.

Uso de la enumeración en la descripción de Granada, versos 25-27, 33,35: -El Alambra…/Y la otra la mezquita, /Los otros los Alixares,…/el otro el Generalife,/ El otro Torres Bermejas.

En el diálogo entre el rey y Granada observamos una serie de metáforas entre el plano de la guerra y el plano del amor: la ciudad a conquistar se convierte en la mujer amada, el rey en amante, la guerra en conquista amorosa… la ambición política del rey se convierte en pasión amorosa.

lunes, 13 de febrero de 2012

COMENTARIO DE EL LIBRO DE BUEN AMOR


Ay, Dios, cuán hermosa viene doña Endrina por la plaza!
¡Ay, qué talle, qué donaire, qué alto cuello de garza!
¡Qué cabellos, qué boquita, qué color, qué buenandanza!
Con saetas de amor hiere cuando los sus ojos alza.

Pero tal lugar no era para conversar de amores;
acometiéronme luego muchos miedos y temblores,
los mis pies y las mis manos no eran de sí señores,
perdí seso, perdí fuerza, mudáronse mis colores.

Unas palabras tenía pensadas para le decir,
la vergüenza ante la gente otras me hace proferir;
apenas era yo mismo, sin saber por dónde ir;
mis dichos y mis ideas no conseguían seguir.

Hablar con mujer en plaza es cosa muy descubierta
y, a veces, mal perro atado está tras la puerta abierta;
es bueno disimular, echar alguna cubierta,
pues sólo en lugar seguro se puede hablar cosa cierta.

-"Señora, la mi sobrina, la que en Toledo vivía
a vos se encomienda mucho, mil saludos os envía;
si hubiese lugar y tiempo, por cuanto de vos oía,
tendría placer en veros y conoceros querría.

"Deseaban mis parientes casarme en esta sazón
con una doncella rica, hija de don Pepión;
a todos di por respuesta que no la querría, no.
¡Mi cuerpo será de aquella que tiene mi corazón!"

Luego, hablando en voz baja, dije que disimulaba
porque toda aquella gente de la plaza nos miraba;
cuando vi que se marchaban y que ya nadie quedaba
comencé a decir la queja de amor que me lastimaba.


(LOCALIZACIÓN)

El fragmento que vamos a comentar pertenece al Libro de Buen Amor, obra del mester de clerecía dentro del periodo de la Edad Media, más concretamente de la alta Edad Media que se caracterizaba por un sistema feudal, cuya sociedad era estamental y teocéntrica.

Fechado en 1330 y de cuyo autor, un tal Arcipreste de Hita, no hay datos concluyentes. Narra, a través de una autobiografía ficticia, sus aventuras amorosas que acaban siempre en fracaso.

La obra está dividida en cinco partes:

1.Una introducción donde el autor explica el sentido e interpretación del libro.
2.Una autobiografía ficticia del autor, que consiste en narrar sus amores con distintas mujeres, ayudado por Trotaconventos.
3.Una narración de los amores de don Melón y doña Endrina.
4.Una colección de ejemplos, fábulas y cuentos, que sirven como enseñanza moral y cierre de los episodios.
5.El relato alegórico de la batalla de don Carnal y doña Cuaresma.

        Este fragmento pertenece a la tercera parte donde se narran los amores de don Melón y doña Endrina. En él se nos presenta a Don Melón enamorado de Doña Endrina a la que pretende declarar su amor.

En cuanto a la métrica es de destacar la polimetría propia de este texto. El autor utiliza la cuaderna vía para la narración, como observamos en este fragmento, y el villancico o zéjel para las composiciones religiosas.

El realismo es la característica estilística que resalta en esta obra: se representa a toda la sociedad de la época dando una visión realista de la misma. Además, este autor utiliza la sátira, el humor y el tono juglaresco junto con la mezcla de lo culto y popular.
Parece que la intención del autor era moralizante, enseñar a los hombres que deben seguir el Amor Divino y no el amor carnal, pero a lo largo de la obra observamos la ambigüedad en su intención ya que parece ofrecer técnicas para disfrutar de los placeres carnales más que para evitarlos.

(GÉNERO)

Se trata de un texto narrativo escrito en verso que corresponde al mester de clerecía. Se utiliza la cuaderna vía: versos alejandrinos, monorrimos con rima consonante como se puede observar en el fragmento que estamos comentando.

Además de la tipología narrativa, encontramos la descripción sobre todo en la primera estrofa donde Don Melón alaba la belleza de Doña Endrina. El diálogo se halla entre la quinta y sexta estrofa, donde el propio Don Melón transcribe el comienzo de su conversación con Doña Endrina utilizando el estilo directo.

Los autores del Mester de Clerecía eran conscientes de estar escribiendo para la posteridad y por tanto cuidan el lenguaje.

La finalidad del mester de clerecía era didáctica y, en este sentido, esta obra pretende enseñar el buen camino a los jóvenes para que no pequen. Esta actitud está ligada al contexto en el que se inscribe, donde el poder de la iglesia lo abarcaba todo y amedrentaba al pueblo analfabeto. La técnica de la autobiografía es novedosa y no la volveremos a encontrar hasta El Lazarillo de Tormes. Encontramos en esta obra un personaje muy importante, La Trotaconventos, que en el S.XV dará lugar a La Celestina de Fernando de Rojas.

En este fragmento, se nos muestra a Don Melón profundamente enamorado de Doña Endrina a la que intenta declarar su amor. La finalidad didáctica se puede apreciar en la idea del amor como enfermedad que enloquece al que cae en sus garras.

(TEMA Y RESUMEN)

El tema principal del fragmento es el deseo de don Melón de expresar su queja de amor a doña Endrina. Como temas secundarios, se distingue el miedo a las habladurías de la gente (“Hablar con mujer en plaza es cosa muy descubierta/ es bueno disimular, echar alguna cubierta/ pues sólo en lugar seguro se puede hablar cosa cierta”), y la importancia del dinero entre las clases burguesas (“Deseaban mis parientes casarme con una doncella rica, hija de don Pepión”).

Respecto a los tópicos literarios presentes en el texto, podemos diferenciar los siguientes: loco enamorado, ya que el protagonista parece perder la razón por el amor de la amada (“acometiéronme muchos miedos y temblores/ los mis pies y las mis manos no eran de sí señores/ perdí seso, perdí fuerza, mudáronse mis colores/ apenas era yo mismo/ mis ideas no conseguían seguir”…); y quejas del enamorado (“Cuando vi que se marchaban/ comencé a decir la queja de amor que me lastimaba”).

(ESTRUCTURA)

El fragmento presenta una clara estructura narrativa que se puede dividir en las siguientes partes:

a) Planteamiento (versos 1-8): don Melón expresa lo que siente cuando ve a doña Endrina en la plaza y cómo pierde el control de sus acciones.
b) Nudo (versos 9-26): con la excusa de darle recuerdos de su sobrina, don Melón se acerca a la dama intentando disimular ante toda la gente que los mira.
c) Desenlace (versos 27-28): finalmente, cuando todos se marchan, el protagonista expresa su queja de amor a doña Endrina.

La estructura del fragmento es lineal, pues la acción se desarrolla en orden cronológico. Sin embargo, el hilo narrativo se ve interrumpido en la estrofa cuarta, en la que el autor introduce una reflexión de carácter didáctico acerca de cómo hablar a una dama en un lugar público.

En cuanto al narrador, se utiliza la primera persona protagonista, lo que lleva a interpretar el texto (y la obra) como una autobiografía del arcipreste, aunque ello nunca fue corroborado. Los personajes que aparecen en este fragmento son don Melón, protagonista y personaje arquetípico que parece encarnar una caricatura del “loco enamorado”; doña Endrina, que representa la dama delicada por la que suspira el galán; don Pepión, personaje que simboliza la nueva burguesía y que sólo es mencionado en el texto; y la gente de la plaza como personajes fugaces. Como vemos, los personajes se corresponden con el tono humorístico que predomina en la obra, en este caso, disfrazado en los nombres elegidos para los amantes (nombres de frutas) y el de don Pepión (nombre de moneda, en representación de su riqueza).

El tiempo es externo ya que es el tiempo real objetivo de la historia, puede medirse en unidades cronológicas concretas y permite medir la duración de la acción.
El espacio según su ubicación es abierto, ya que se desarrolla en una plaza, (hablar con mujer en plaza es cosa muy descubierta…) y según su relación con la realidad es real y verosímil.
(FORMA)

El análisis métrico nos muestra el uso de la cuaderna vía, estrofa característica del Mester de Clerecía, aunque los versos en su mayoría son hexadecasílabos, según se detalla a continuación:

¡Ay, Dios, cuán hermosa viene 8 doña Endrina por la plaza! 8 (16) A
¡Ay, qué talle, qué donaire, 8 qué alto cuello de garza! 7 (15) A
¡Qué cabellos, qué boquita, 8 qué color, qué buenandanza! 8 (16) A
Con saetas de amor hiere 8 cuando los sus ojos alza. 8 (16) A

Pero tal lugar no era 8 para conversar de amores; 8 (16) B
acometiéronme luego 8 muchos miedos y temblores, 8 (16) B
los mis pies y las mis manos 8 no eran de sí señores, 7 (15) Bperdí seso, perdí fuerza, 8 mudáronse mis colores. 8 (16) B

La rima es consonante, si bien en la primera estrofa los versos riman en asonancia.

Algunas figuras literarias que se pueden identificar en el fragmento son las siguientes:

En la primera estrofa encontramos el uso de la exclamación retórica en los tres primeros versos. Además, podemos observar la anáfora en los versos 1 y 2: “¡Ay, Dios…/ ¡Ay, qué talle…”. También se emplea el paralelismo (determinante exclamativo + sustantivo) junto con la enumeraciónen y el asíndeton en el verso 3: “¡Qué cabellos, qué boquilla, qué color, qué buenandanza!”. Las metáfora las hallamos en el verso 2, “¡qué alto cuello de garza!” y en el verso 4, “con saetas de amor hiere…”.

En la tercera estrofa, nos encontramos con un hipérbaton en el primer verso: “Unas palabras tenía pensadas para le decir”.

Volvemos a encontrar el empleo de la exclamación retórica en el último verso de la sexta estrofa: “¡Mi cuerpo será de aquella que tiene mi corazón!”.

Por otro lado, merece especial mención el uso de rasgos juglarescos en la obra del arcipreste. En este fragmento en cuestión aparece el estilo directo, lo que otorga frescura al texto y lo acerca al “habla viva” del pueblo. El empleo del refrán “mal perro atado está tras la puerta abierta” en el verso segundo de la cuarta estrofa, tiene el mismo sentido que el empleo del estilo directo, pues se trata de un rasgo característico de los juglares. En esta misma línea, el uso del diminutivo “boquita” en el tercer verso de la primera estrofa, también es propio del habla popular.