lunes, 23 de enero de 2012

EL HOSPICIO DE ANTONIO MACHADO

EL HOSPICIO

Es el hospicio, el viejo hospicio provinciano,
el caserón ruinoso de ennegrecidas tejas
en donde los vencejos anidan en verano
y graznan en las noches de invierno las cornejas.

Con su frontón al Norte, entre los dos torreones
de antigua fortaleza, el sórdido edificio
de grietados muros y sucios paredones,
es un rincón de sombra eterna. ¡El viejo hospicio!

Mientras el sol de enero su débil luz envía,
su triste luz velada sobre los campos yermos,
a un ventanuco asoman, al declinar el día,
algunos rostros pálidos, atónitos y enfermos,

a contemplar los montes azules de la sierra;
o, de los cielos blancos, como sobre una fosa,
caer la blanca nieve sobre la fría tierra,
¡sobre la tierra fría la nieve silenciosa!...

Antonio Machado: Campos de Castilla (1907 - 1919)


1. Señale la organización de las ideas del texto. (Puntuación máxima: 1,5 puntos)

Se trata de un poema estrófico, formado por cuatro serventesios de versos alejandrinos.

Según la disposición de las ideas el poema se puede dividir en dos partes de igual extensión:

1.  La primera parte está formada por los ocho primeros versos, donde se realiza una descripción atemporal del hospicio. Se centra en la idea del estado ruinoso en que se encuentra éste.
2.  Los ocho versos siguientes constituyen la segunda parte. En ella se presenta una escena concreta en dicho hospicio. En este caso, la idea que transmite es la de enfermedad, abandono y cercanía de la muerte.
El poema presenta una estructura paralela, formada por dos partes (las cuales son idénticas en extensión y en su forma métrica). El contenido de la primera parte se centra en el edificio ruinoso centro de todo el poema, mientras que en la segunda parte encontramos los datos temporales, espaciales y los personajes de esa escena que pinta el poeta.

2. Indique el tema y escriba un resumen del texto. (Puntuación máxima: 1,5 puntos)

Tema:

El abandono y la cercanía de la muerte en torno al hospicio y sus enfermos.

Impresión de decrepitud ante la contemplación de un viejo hospicio.

Resumen:

A la ventana de un viejo hospicio sucio y ruinoso, se asoman, al atardecer, los enfermos a contemplar el paisaje nevado de una tarde de invierno.

3. Comentario crítico sobre el contenido del texto. (Puntuación máxima: 3 puntos)

Estamos ante un texto de género lírico de la época noventayochista de A. Machado (Campos de Castilla), cuando ya ha abandonado la estética puramente modernista. En el poema se aborda la descripción de un viejo hospicio de provincias. El tema de la muerte y la simbología empleada para éste, es una constante en la obra del autor. Pero es el tema del abandono el que nos hace presentir el tema de la muerte. Estamos en un lugar en medio de la nada, rodeado de campos abandonados, ruinoso y sucio, en el que los enfermos sin color en el rostro se asoman por un pequeño hueco al exterior, y donde el silencio sólo se rompe con los graznidos de las cornejas en la noche. Ahí tenemos la impresión de un lugar y unas personas abandonadas. La “sombra eterna”, la “fosa”, la “fría tierra”, la nieve que cae y el día que termina nos dan la sensación de esa presencia de la muerte alrededor de los enfermos.

La intención de Machado en este fragmento es presentar un testimonio del abandono de este hospicio para enfermos (niños probablemente), lo cual representa la ruina institucional con el abandono de los más necesitados y, por extensión, la ruina de Castilla, cuya decadencia era el símbolo de la caída del España y la pérdida de su imperio. Lo hace provocándonos una profunda (y hermosa a la vez) sensación de tristeza. Como si fuera una escena de cine, parte de un plano general del hospicio y se va acercando poco a poco hasta llegar a los enfermos. Luego vemos los montes, el cielo blanco, la nieve y la tierra fría.

Uno de los aspectos que define el estado de la civilización de una nación es la atención y el cuidado que dedica a los más débiles. Aunque Europa desde los años cincuenta y sesenta (y España más tarde, después de la transición) se ha acostumbrado a un estado de bienestar, que hoy día parece estar en entredicho si hacemos caso a los especialistas financieros, no por ello debe renunciar a seguir luchando por mantenerlo. Antes que cualquier otra cosa somos seres humanos, que no tenemos más remedio que convivir unos con otros, y así, cuidar unos de otros (a no ser que queramos que los más fuertes eliminen y arrinconen a los más débiles). No podemos renunciar a los avances sociales que se consiguieron en el siglo XX.

El poema de Machado podría trasladarse a un futuro cercano si no lo evitamos en las próximas décadas. Podemos imaginarnos los hospitales quedando poco a poco en estado ruinoso y abandonados. Y las escuelas. Y las residencias de ancianos. Y las casas de acogida. Todo esto ha ocurrido en los países del este. Podemos figurarnos las caras de los enfermos, los niños, los ancianos, los viejos, etc. “atónitas”, como dice el poema de Machado, sorprendidas y al mismo tiempo entregadas al abandono y al destino más terrible. Quizá estas líneas podrían ser tachadas de tremendistas referidas a Europa, pero si lo pensamos bien, según los organismos financieros, no se puede sostener todo ello, y estamos viviendo reformas políticas que van recortando los derechos sociales.

Sin embargo, no deberíamos caer en la trampa de sentirnos víctimas de un destino difícil, marcado por una crisis económica que más sufren los menos fuertes o poderosos, como los enfermos abandonados del poema en aquella época. Esa postura nos llevaría a no querer mirar que existen quienes lo pasan mal y no tienen ayuda. “Mientras no me ocurra a mí...” podríamos pensar. Eso nos llevaría a una fractura social, a la espera de que los gobiernos solucionen o no los problemas. Lo que el siglo XXI nos depara dependerá de la creación de una ciudadanía activa y solidaria, una manera de convivir responsablemente, sin dejar todas las soluciones a los que mandan, porque somos todos los que mandamos, que para eso los elegimos nosotros. Una ciudadanía pasiva respecto a los problemas públicos, individualista y cargada de miedo nos conduciría al desmantelamiento del estado del bienestar. Lo cual sería como el desmoronamiento de España que Machado, como los demás noventayochistas, denunciaron.

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